Esta comunidad cada vez está creciendo más y es fantástico ver como multitud de personas de diferentes estilos formamos red con una motivación común: aprender y compartir temas sobre fisiología deportiva, metabolismo y nutrición.

Hace un par de años decidí abrirme al mundo digital, en especial al universo de las redes sociales. Para mí no fue un proceso sencillo porque la idea que tenía de estos recursos era bastante negativa (y también porque los pre-jucios y el desconocimiento a menudo van de la mano, al menos en mi caso). Luego aprendí que uno ve en redes sociales más o menos lo que quiere, que hay gente increíblemente interesante que no malgasta su tiempo en la crítica destructiva y la desvirtuación y que la creación de redes me resultaba extremadamente motivante. Tanto, como para dejar de lado todos los aspectos que puedan parecerme negativos de la hiper-conectividad. Vamos, que uno puede tejerse más o menos la comunidad en la que se siente cómodo/a, establecer las reglas del juego en su cuenta y disfrutar de la tecnología como herramienta humanizadora. Un gustazo.

Así que ahí que fui, y de ello nacieron los domingos fisiológicos (esta newsletter es la versión 2.0 de ellos) y la comunidad de leopard@s.

Lo del leopardismo me nació de forma espontánea; cuando veía (y veo) a alguien darlo todo en una prueba de esfuerzo, en una carrera o en el frontón del pueblo, me surge el "tremend@ leopard@" para ilustrar que el cuerpo humano me fascina, que somos animales espectaculares, que me encanta la cultura del esfuerzo, los pilares del deporte y los cuerpos y mentes que lo acompañan (tengan el nivel que tengan).

El leopardo pasó a ser esta especie de tótem científico que ilustra al animal que somos, el que funciona de determinadas formas complejas y cambiantes, al que estudia la fisiología y del que no deberíamos olvidarnos; el que necesita moverse, descansar, que le de el sol, el frío, el calor y al que, de vez en cuando, le motiva superarse. Ese que debe estar leyendo esto, que detrás del móvil o del ordenador, encima de los tacones y debajo del traje, late, palpita, respira, percibe y siente. Ese, ese. Ese es el leopardo que estudia la fisiología y el motivo de mi pasión profesional.

¡Larga vida a nuestr@ leopard@ interior!