Sabemos que el metabolismo tiene un componente de variabilidad individual, pero también que se puede modificar.

Por ejemplo, un enfermo con síndrome metabólico que introduce cambios en su estilo de vida y en su dieta, puede modificar su metabolismo. Lo mismo pasa con un deportista: su dieta y su nivel de entrenamiento condicionarán hasta cierto punto qué tipo de sustrato energético use su cuerpo para ejercitarse y a qué intensidad.

La temporada 19/20 fue atípica por la pandemia, pero nos permitió hacer algunas observaciones al respecto. Como no hubo prácticamente parón en verano, disponíamos de los datos metabólicos de los jugadores sin el factor de confusión del entrenamiento/desentrenamiento. Así, hicimos un test de oxidación de gasas (FatMax) justo al empezar la nueva temporada y lo repetimos al cabo de 3 meses y medio. Cogimos a 12 jugadores, 8 de los cuales hicieron periodización nutricional en el comedor del equipo, y 5 que hacían una dieta libre pero basada en carbohidratos todos los días.

¿Qué es un test de FatMax?

Es una prueba que se hace con el analizador de gases, cuyo objetivo es  determinar a qué intensidad la oxidación de grasas es mayor. Así, podemos medir en diferentes momentos cuánta grasa consume el deportista y qué amplitud tiene esa curva (cuanto tiempo mantiene la oxidación). Es un test que dura unos 20-30 minutos. Después de 3 minutos de calentamiento, se hacen escalones de 3 minutos a una misma intensidad y se integra la información de cada escalón, dibujando la curva de oxidación que normalmente contiene entre 4 y 6 puntos.

Esta información nos puede ser muy útil si queremos saber cómo gestiona el deportista sus reservas energéticas (¿Tira muy rápido de hidratos? ¿Es capaz de reservarlos para cuando realmente son necesarios?).

Puede ser sorprendente que seamos capaces de medir los sustratos energéticos con tanta precisión mediante un analizador de gases, pero esto se consigue porque sabemos cuánto O2 consume y cuánto CO2 produce la combustión de las grasas y de los hidratos de carbono. De ahí sacamos el RER (ratio CO2/O2), que si es cercano a 1 refleja que el combustible mayoritario son los hidratos de carbono, y si es cercano a 0,7, que son las grasas.

¿Es un test preciso?

Sí, y muy interesante. Pero siempre y cuando se haga metodológicamente bien. El deportista no debe estar cansado ni debe haber comido durante las horas previas. No podemos tomar mediciones por encima del segundo umbral ya que los resultados se pueden ver condicionados por la hiperventilación y por la presencia de bicarbonato como tampón para la acidosis. Y luego hay que hacer el tratamiento de los datos. Lo que buscamos en estos test es qué sucede a intensidades submáximas, sobre qué cimientos construimos el rendimiento pico.

¿Qué resultados obtuvimos?

Tomamos cuatro puntos de medición, en los minutos 5, 8, 11 y 14. En el caso de los jugadores que habían periodizado su nutrición (aumentar los carbohidratos en los días de carga y disminuirlos, manteniendo las calorías, en los días de descanso) mejoraron su oxidación de grasas en todos los puntos, de forma más marcada en los tres primeros. En el caso de los que no periodizaron, hubo una mejora ligera en el primer punto, y no hubo diferencias en el resto.

El fútbol es un deporte intermitente en el que los jugadores no tienen oportunidad para ingerir nada excepto en la media parte. Conservar los hidratos de carbono para cuando hay un duelo o un sprint es de vital importancia en este contexto. Teniendo en cuenta que los depósitos de hidratos de carbono, el combustible de la alta intensidad, son limitados, quisimos ver si modificando factores dietéticos podíamos conseguir que el metabolismo de los jugadores se modificara en la alta intensidad. Y así fue.

¿Podemos concluir que un jugador es mejor si oxida más grasas a baja intensidad?

Bajo mi punto de vista, no. Pero nos sirve muchísimo para categorizarlos y entenderlos mejor. Desde luego, si un jugador es muy dependiente de carbohidratos, vamos a estar extremadamente pendientes de que en la media parte haga un buen aporte y aprovecharemos las pausas de hidratación para intentar añadir algo de carbohidrato en la bebida.

Un jugador de fútbol es mejor si llega al minuto 90 con todas sus capacidades energéticas. Cómo lo consigamos es otra cosa, y eso es lo que buscamos con las mediciones y el análisis fisiológico.